Facundo Astudillo Castro murió ahogado, pero no se logró determinar cómo ocurrió

Así lo indicaron los peritos, quienes hablaron de “asfixia por sumersión” y resaltaron que fue “violenta”, al no ser “natural”, pero no pudieron dar precisiones por el avanzado estado de esqueletización del cuerpo.

La autopsia realizada a los restos óseos de Facundo Astudillo Castro determinó que el joven de 22 años murió ahogado en el lugar donde fueron hallados parte de sus huesos, pero los peritos no pudieron establecer cómo sucedieron los hechos que desencadenaron la muerte.

Así lo confirmó el Juzgado Federal Nº2 de Bahía Blanca este jueves pasado el mediodía, tras recibir el informe de la autopsia realizada por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).

«Los resultados permiten aseverar, con el rigor científico necesario, que la muerte de Facundo José Astudillo Castro se produjo por asfixia por sumersión (ahogamiento)”, resaltaron los peritos.

Y abundaron: La sumersión (mecanismo asfíctico) es la causa de muerte por obstrucción de la vía aérea por el ingreso de líquidos durante el proceso de respiración bajo el agua, generando el ahogamiento (asfixia mecánica)».

Además, en el informe se indicó que se trató de una muerte violenta «por no ser natural», pero que «el avanzado estado de esqueletización del cadáver limitó las posibilidades de conocer el modo de la muerte».

También se señaló que los restos óseos estudiados no presentaban lesiones vitales, de origen traumático, ni otras antemortem (previas a la muerte), y que «no se observaron signos de participación de terceras personas sobre los restos estudiados».

Sin ataques

Según, la autopsia que se realizó el pasado 25 de agosto, en las diferentes piezas óseas observadas, y mediante el estudio de imágenes radiográficas, «no se evidenciaron estructuras de densidad metálica, similares a elementos que puedan corresponderse con aquellos que producen injurias o lesiones (como por ejemplo proyectiles de arma de fuego, segmentos de arma blanca, entre otros)».

Y también se remarcó que «todas las lesiones y pérdida de algunas piezas dentales que presentaban los restos estudiados son postmortem (posteriores a la muerte), producto de depredadores y exposición medioambiental».

En el informe, dado a conocer de manera oficial por el Juzgado Federal de Bahía Blanca, a cargo de la magistrada Gabriela Marrón, se especificó que «no se observaron cambios de coloración, u otros signos, en los huesos bajo estudio compatibles con el uso de sustancias ácidas, alcalinas o por exposición a una fuente emisora de calor».

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