Home REGION OESTE LA MATANZA Madres Protectoras de La Matanza tejen redes para ser más fuertes

Madres Protectoras de La Matanza tejen redes para ser más fuertes

La secretaría de Mujeres, Políticas de Género y Diversidades ya intervino en más de 20 casos y logró la restitución de al menos 10 niños y niñas en contextos de violencia.

Dolor, desamparo, desesperación son puntos comunes en las historias de las Madres Protectoras que luchan por la restitución de sus derechos y los de sus hijos e hijas, frente a una justicia que se los “arranca” cuando denuncian a un varón abusivo y violento, y les cierra las puertas.

En esos caminos sinuosos encuentran a otras que transitan lo mismo, se escuchan, abrazan, gritan, reclaman y juntas siguen adelante, generando lazos, tejiendo vínculos. Y en ese andar, correr, saltar, patear, aparecen otras manos, profesionales, sororas, que se ponen a disposición y se suman.

La lucha de las Madres Protectoras es uno de los temas que la Secretaría de Mujeres, Políticas de Género y Diversidades de La Matanza tiene como prioridad. A nueve meses de su creación intervino en veinte casos, entre otros que se resolvieron con intervenciones rápidas, y logró la restitución de al menos 10 niñas y niños.


“Una madre protectora es una mujer que intenta desesperadamente proteger a sus hijos e hijas del ataque, en primer lugar, de un varón macho violento; y en segundo, de la violencia institucional, de la justicia patriarcal, de sentencias y equipos que dentro del sistema la atacan a ella y a quienes intenta proteger”, destacó la secretaria Liliana Hendel, pionera, como periodista, psicóloga y militante feminista, en tomar este reclamo.


Hendel señaló que “es un tema de la agenda feminista, de los Derechos Humanos de las mujeres que siendo madres son invisibilizadas y atacadas desde el sistema judicial cuando se animan a denunciar”.

“Medida barbárica”

La directora de Acceso a Justicia de la Secretaría, Florencia Piermarini, sostuvo que “impedir que un niño o niña vea a su madre, que una mamá no tenga contacto con sus hijos e hijas es una medida (judicial) barbárica, no hay situación que justifique una decisión en ese sentido”.

 “Estamos hablando de situaciones de Madres Protectoras donde lo que están haciendo esas mujeres es proteger a sus hijos e hijas de un varón violento, agresivo y que a veces abusa sexualmente de ellos”, indicó la abogada.

Respecto a cómo actúa la Justicia en relación a las causas de las Madres Protectoras, Piermarini afirmó que “es poco permeable, es un tema que hay que trabajar muy seriamente en el marco de una reforma judicial feminista”.


“Está la cuestión de encasillar, de rotular si es buena o mala madre. Este prejuicio siempre está dando vueltas alrededor de estas situaciones. Se le saca a los hijos e hijas a una mamá bajo falsas denuncias de un progenitor, (desde la Justicia) se avanza pensando que eso es lo mejor, cuando ni siquiera se pone en tela de juicio cuál es el rol de ese varón violento, agresivo”, reveló Piermarini.


En este sentido, manifestó la importancia de un cambio: “Las mujeres, las niñeces somos sujetas de derechos y una reforma judicial feminista es una reforma con perspectiva de Derechos Humanos, que contemple todos los pactos y tratados internacional que son ley y que los jueces y juezas muchas veces pasan por alto”.

En tanto, aseveró que cuando mediante la intervención de la Secretaría se logra una restitución o el avance de una causa de Madres Protectoras “es una gran satisfacción, sentimos que el mundo es un poco menos injusto”.

 “A otras mamás le pasaba lo mismo”

Por su parte, la directora médica de la Secretaría, Andrea Vázquez, es la pionera del movimiento de Madres Protectoras. “Pensé que era yo sola la que tenía ese problema, que la Justicia me arrancó a mis hijos, pero dije esto no puede pasar. Así que, cada vez que iba a Tribunales, hablaba con otras mujeres y decían ‘a mí también me pasa lo mismo”, recordó.

“Estuve tres años y medio sin poder verlos. Ahora, si yo soy una persona que tiene una enfermedad psiquiátrica y está en una institución, ¿puedo ver a mis hijos/as? Sí, con supervisión. Si estoy presa, tendría régimen de visita. ¿Por qué yo, tres años y medio, no los pude ver? Ni mis familiares, amigos/as, allegados/as a 500 metros”, expresó.

Y contó: “Repartí folletos, me encadené en Tribunales, dormí allí tres veces, iba con un megáfono, hice de todo. Y así comenzaron las Madres Protectoras, éramos ocho mujeres al principio. No era que yo era ‘la loca’, había otras mamás que pasaban por lo mismo”.

Vázquez, médica ginecóloga y perita, indicó que a la Secretaría de Mujeres, Políticas de Géneros y Diversidades de La Matanza los casos pueden llegar “desde distintos lugares, una madre protectora le dice a otra, o a través de la Dirección de Violencias por Razones de Género, o desde la Privada por casos de Abuso Sexual en las Infancias (ASI)”, entre otros.

Cabe destacar que además la Secretaría cuenta con la línea de atención telefónica 0800-999-7272 (PARÁ), que funciona las 24 horas, los siete días de la semana, y operadoras capacitadas brindan asesoramiento, evaluación de riesgo y derivaciones.


“Hay claramente un rotulado como denuncias cruzadas, violencia familiar, pero teniendo una mirada entrenada una empieza a descubrirlo”, afirmó Vázquez.


“Son tantos años de batallas judiciales”, remarcó acerca de sus causas, que “la gente sabe que a mí me pasó eso”.

En esos años fue conociendo profesionales que la ayudaron, como el ex juez “Carlos Rozanski, la psicóloga Sonia Vaccaro, a Liliana Hendel”, lo cual “fue una ventaja, sino (desde distintos ámbitos) dicen ‘no puede ser que no la dejen ver a sus hijos’, ‘algo habrá hecho’, hasta que mostraba el papel y ahí me creían”, relató.

“Toqué miles de puertas -asegura- para que se abran diez, pero esas diez me apoyaron”, concluyó.

Hace nueve años que Vázquez dio el puntapié inicial para las Madres Protectoras. Hoy hay varios grupos en distintas ciudades del país, quienes se contactan, acompañan, suman fuerza.

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