El jefe comunal de San Isidro descalificó a sus rivales internos. “Sólo sirven para actos de sumisión como los que practicaron los últimos cuatro años. No están preparados para gobernar”, aseguró.
La Unión Cívica Radical de la Provincia de Buenos Aires parece no preocuparse por el recrudecimiento de la pandemia: recientemente reconfirmó sus elecciones internas el 11 de octubre, en un Zoom en el que los “boinas blancas” terminaron a los gritos e insultos.
El centenario partido hierve en la provincia. De un lado, el actual oficialismo pretende reemplazar a Daniel Salvador con Maximiliano Abad. Enfrente, Gustavo Posse es apoyado por Enrique Nosiglia, Martín Lousteau y el peronista Emilio Monzó. Las esquirlas de esta grieta partidaria llegan a todos lados.
Allegados a Salvador y Abad aseguran en off que se impondrán con holgura a sus retadores, a quienes les bajan el precio calificándolos de “apéndice de la Capital Federal” y de rupturistas de Juntos por el Cambio junto a un peronista (en referencia a Monzó).
Por otro lado, la posibilidad concreta de que los guarismos del eje Nosiglia-Lousteau-Posse-Monzó sean bajos explican la agresividad con la que comenzaron a teñir sus declaraciones.
Recientemente, el intendente de San Isidro se refirió con una dureza pocas veces vista a sus correligionarios. En diálogo con Radio UrbanaBA, descalificó reiteradamente al oficialismo partidario, primeramente por imponer la fecha de la interna en un contexto sanitario no del todo seguro. “Yo me dedico a gobernar, y esas cosas son típicas de quienes no gobiernan, y por esas razones es que no están preparados”, dijo.
En esa dirección, aseguró que “la interna partidaria radical es prioridad número 400 en el medio de la pandemia”.
Y añadió que “cuando haya pasado esta conmoción pública, habrá internas y habrá una lista que se presentará en contra nuestro. Nosotros somos la lista de la renovación”.
En referencia al sector de Salvador y Sanz, que lleva al diputado provincial Abad como candidato a presidir el comité provincial, Posse dedicó más descalificaciones: “Sólo sirven para actos de sumisión como los que practicaron los últimos cuatro años. Su cultura es la interna y la sumisión. Nosotros sabemos que cuando se gobierna, y hay una pandemia, obviamente no puede haber una interna”.
Finalmente, el mandamás descartó la injerencia porteña en la provincia. “Nosotros somos de la Provincia de Buenos Aires. Tenemos un vínculo a nivel nacional, de ideas compartidas y con la consustanciación con escribir reglas que nos hagan unidos y más fuertes, que la coalición sea más importante, que el peso del 41% de la gente que nos votó se ensanche. Y eso es con Martín Lousteau”, cerró.
