El ex intendente está en la mira de un importante dirigente político y su influencia en el ámbito comunal hoy es prácticamente nula. Las complicaciones las sufre también su esposa, la diputada Romina Uhrig.
Se avecinan días duros para el ex intendente de Moreno, Walter Festa. Su soledad después del poder es extrema: tiene las puertas del municipio cerradas, sus ex colaboradores le huyen y, como si fuese poco, se encuentra marcado por Máximo Kirchner.
Por esa última razón, su esposa, la diputada nacional del Frente de Todos Romina Uhrig, es ignorada por el bloque oficialista. La directiva fue clara: Uhrig no es incluida en reuniones o comisiones importantes. Debido a este ninguneo, su único rol es ser levantamanos.
Sin embargo, ni la soledad ni el ninguneo son los principales problemas del matrimonio Festa-Uhrig: la Procuración de la Suprema Corte de Justicia bonaerense da curso a una denuncia por enriquecimiento ilícito contra el ex intendente, tramitada en la UFI 8 del Departamento Judicial Moreno-General Rodríguez.
Según supo Zona Informativa, se investiga el salario en la comuna de Festa y Uhrig, la eventual contratación de familiares y sus viajes al exterior.